Antonio GARCÍA MELÉNDEZ (25/04/1913, Nonduermas). Hijo de Lorenzo y de Catalina. La familia residía en el barrio de San Benito de Murcia, en los alrededores de la estación del tren. El padre era ferroviario. Antonio estudió dibujo en la Academia de Bellas Artes y empezó a militar en las Juventudes Socialistas de la capital. En 1931 fue elegido secretario de esta organización y poco después se afilió al Partido Comunista, del que fue responsable y secretario general en funciones de su comité provincial[1].

Durante la guerra civil desplegó una gran actividad en defensa de la República y de su ejército, colaborando con numerosos artículos en diarios murcianos como Nuestra lucha o Unidad, prensa del Partido Comunista y participó en numerosos mítines por toda la provincia. En el periodo anterior a su incorporación el ejército asumió otras funciones, como la de recabar tanta ayuda como fuera posible para el ejército republicano o participar, como testigo de la Fiscalía, en el juicio contra 24 procesados por el Tribunal Popular por su participación en la sublevación de 1936[2].

En sus artículos de prensa, desde el inicio de la guerra, se ocupó de forma reiterada de la importancia de la preparación de los milicianos y de la disciplina de los mismos, tanto en la vanguardia como en la retaguardia[3]. En 1936 ya era comisario civil del Ejército Voluntario.

Además de prestar atención a las nuevas incorporaciones al frente, defendió la disciplina y el orden, criticó las trabas existentes para dichas incorporaciones, alertó sobre los quinta-columnistas, proclamó que la guerra también se ganaba desde la retaguardia, defendió al Ejército Regular o la unidad de la izquierda para derrotar al fascismo… Su mayor insistencia: educar a los milicianos en la instrucción y disciplina. Era frecuente que hablara de la valía de algunos de sus líderes militares y de la Sexta Brigada de Tanquistas, unidad que se formó en Murcia con voluntarios murcianos y alicantinos en 1936.
Otro de sus temas recurrentes fue Murcia y la implicación de los murcianos en el frente de guerra. Así lo hizo cuando escribió sobre la “Actuación de la Sexta Brigada Mixta” en el frente de Andalucía, concretamente en la defensa de Málaga.


Durante ese tiempo mantuvo una importante actividad política, junto a las anteriores citadas, dando conferencias por los municipios de la región. Muy valorada fue su exposición en el congreso regional de 1937, en el que abogó por un acercamiento de los comunistas al campo, a los agricultores y, muy especialmente, a los huertanos[4], avisando de que sin ellos la guerra se perdía[5].
A partir de marzo de 1937 empezó a informar desde el Frente de Guadalajara. Artículos como “La derrota de Mussolini en la Alcarria”, “¡Ayudemos al Madrid heroico! Siempre con la mirada puesta en Murcia, en esta ocasión, mientras solicitaba ayuda de la retaguardia para un Madrid asediado e inmerso en su defensa y recordaba y añoraba cómo fue esa respuesta al comienzo de la guerra[6].
Quizá a partir de esa fecha Antonio ya intuía la derrota. Sus escritos contienen cada vez más reproches ante la menguante respuesta de los ciudadanos, la escasez de recursos y la falta de capacitación de los nuevos reclutas. En uno de ellos se lamentaba de la tibieza de sus camaradas en Murcia, frente a la lucha descarnada de los que estaban en el frente[7]. Le preocupaba la división entre antifascistas en la retaguardia, mientras recordaba que en el frente luchaban codo con codo y caían bajo las bombas sin distinción ideológica[8]. Y no dudó en denunciar la defensa que se estaba haciendo en Murcia del Socorro Blanco y de Falange Española.


En 1938 mandaba su último trabajo desde el frente de Teruel, ya era Comisario de las Fuerzas de Tanques. Durante la batalla de Teruel enfermó y tuvo que regresar a Murcia. Sus camaradas lo definieron en ese momento como un “educador incansable, organizador y animador”, con tal entrega a su trabajo que olvidó cuidar de su propia salud. Destacan de él el esfuerzo realizado por los tanquistas, entre otros frentes, en Carabias, La Granja, Brunete, Belchite y en Teruel[9]. Todo indica que, una vez reestablecido, se volvió a incorporar a su unidad y con ella, tras la derrota, partió hacia el exilio.
Cruzó a Francia con “La Retirada” y fue internado en el campo de Argelès, aunque fue inscrito como Antonio García Menéndez, mientras que Francisco, su hermano menor, lo era en Barcarès. Desde este campo ambos salieron asignados a diferentes Compañías de Trabajadores Extranjeros.

Antonio fue trasladado o salió inscrito en la 221 CTE, creada en el campo de Septfonds, en la que fue registrado como comerciante. Esta CTE se mantuvo en Septfonds, con funciones de mantenimiento, después de que el grueso de los internos lo hubieran abandonado tras ser incorporados a otras compañías o trasladados a otros campos a primero de marzo de 1940. Una de las particularidades de Septfonds fue la intensa actividad política desarrollada por sus ocupantes. Un ejemplo de ello fue la creación de varias células del Partido Comunista español, muchos de sus integrantes fueron detenidos durante la primera mitad de 1941. Ahí debió estar Antonio hasta que el 4 de septiembre de 1940 fue devuelto al campo de Argelès y pocos días después, el 17 de septiembre, desapareció, lo que indica que se fugó. Mientras tanto, Francisco, partía desde Barcarès incorporado a la 135 CTE, creada el 8 de abril de 1940, en la que constaba que estaba soltero y su profesión anterior era la de mecanógrafo[10].
Más tarde, Antonio se instaló en la localidad de Réalville, junto a la ciudad de Montauban (Tarn y Garona), donde se empleó como mecánico. Por entonces estaba casado con la española Aurora Font, con la que tenía un hijo. En Réalville se había establecido el 553 Grupo de Trabajadores Extranjeros, formado por españoles procedentes de las 221 y 222 CTE de Septfonds[11]. Es posible que Antonio llegara hasta esta localidad integrado en este GTE.
Aquí continuó la actividad política dentro del Partido Comunista, muy probablemente en relación con los comunistas franceses que desde la clandestinidad intentaban organizar la Resistencia. La población española establecida en Montauban y alrededores era muy numerosa y altamente politizada, lo preocupaba a las autoridades, por lo que fueron sometidos a una estrecha vigilancia y la consiguiente persecución[12].
Antonio fue detenido el 23 de junio de 1941 e internado en la prisión de Beausoleil, en Montauban. Ese día, tras una denuncia, hubo una gran operación policial contra los círculos comunistas de la zona, que se saldó con cincuenta y un detenidos, (veintitrés franceses, tres italianos y veintisiete españoles), casi todos los españoles habían estado internados en Septfonds.
La prensa local publicó que estos individuos «habían formado cuatro células comunistas activas: dos escisiones del PCF en Caussade y Réalville, y las otras dos por iniciativa de los comunistas españoles, una de las cuales se encontraba en el campamento de Judes»[13]. Se les acusaba de realizar actividades comunistas o anarquistas y de estar en posesión de propaganda que podía perjudicar el interés nacional. Según el testimonio de Marc Raymond Peyrières, detenido el mismo día, durante la detención fueron brutalmente torturados[14].
En enero de 1942 fue juzgado, junto a los otros 26 detenidos de esta región, por el Tribunal Militar Permanente de Toulouse. Antonio recibió una de las mayores condenas: quince años de trabajos forzados, mientras otros compañeros salían con condenas de cinco y diez años.

El 15 de octubre de 1943 fue transferido a la Prisión Central de Eysses, llegó el 18 de noviembre de 1943 y fue registrado con el nº 17.

La prisión Central de Eysses está situada en Villeneuve-sur-Lot[15], lugar elegido para encerrar a los presos políticos, unos 1.463, considerados peligrosos por la Francia de Vichy. Albergaba presos condenados por tribunales especiales por actividades comunistas, terroristas, anarquistas o subversivas, especialmente de todo el sur de Francia. Su condición de cárcel-fortaleza era idónea para controlarla y evitar evasiones. Los españoles allí recluidos procedían de las cárceles de Nimes, Marsella, Grenoble, Montauban, París, Tarbes y Rennes, entre otras. Todos tenían en común que eran considerados “indeseables” para las autoridades francesas y alemanas. La alta concentración de presos políticos, unido a las pésimas condiciones de reclusión, dieron como resultado una alta conflictividad que se tradujo en numerosas reclamaciones a la dirección del centro y en la organización de gran cantidad de actividades políticas, culturales y de ocio, fraguando un importante movimiento de resistencia[16].

El primer plante del que hay constancia se produjo el 15 de octubre de 1943 con la llegada de un contingente de 1.200 presos, 60 de ellos españoles. Fueron recibidos de forma humillante, lo que provocó las protestas de los prisioneros, que se presentaron como presos políticos defensores de la Francia Libre. Tras la protesta las condiciones mejoraron, pero ese mismo día un buen número de presos salió con destino a Dachau.
Fue sólo el inicio de la resistencia dentro de la prisión. Los franceses, que eran la mayoría, crearon el Frente Nacional; los españoles el “Batallón de Eysses”, unido a los franceses, pero con funcionamiento autónomo. Antonio formó parte de este Batallón como soldado de 2ª clase.

Su principal objetivo era tomar la cárcel y lograr la fuga masiva, con ayuda de la Resistencia exterior, prevista para finales de 1943 o inicios de 1944. El golpe se produjo finalmente el 19 de febrero de 1944. No lo consiguieron. El abandono de la Resistencia exterior y la desigualdad de fuerzas los obligó a rendirse tras horas de enfrentamiento armado en el interior de la prisión. A partir de ese momento la prisión quedó bajo control alemán, las condiciones se recrudecieron, volvieron las torturas a manos de la policía francesa y de la Gestapo y varios de los implicados en la revuelta fueron ejecutados. Todos los demás fueron enviados a Dachau desde Compiègne. Los que estaban en la enfermería heridos y los considerados cabecillas del motín, previo paso por la prisión de Blois, en el Tren de la Muerte; el resto del grupo en el convoy del 18 de junio de 1944.

En este convoy coincidieron los prisioneros de la Prisión de Eysses con otros arrestados por orden de “internamiento administrativo por Vichy”. La mitad eran detenidos por actividades comunistas, los demás por tenencia de armas o infracción de la ley. En total eran 2.143 presos, 167 españoles. De ellos 1577 fueron liberados, 479 fallecieron, 64 tuvieron un desenlace desconocido, 22 desaparecieron y uno pudo evadirse[17]. El trayecto fue muy accidentado, sufriendo repetidas paradas debido a los daños causados en las vías por los bombardeos aliados.
Los prisioneros llegaron el 20 de junio de 1944 a Dachau. Antonio fue registrado con el nº 73489 como prisionero francés. En la ficha de registro fue calificado como preso político español, sin religión, casado con Aurora Font y padre de un hijo. Declaró ser mecánico de profesión. Hablaba español y francés. Vivía en Realville, en el departamento de Tarn-et-Garonne. Padecía bronquitis cuando llegó a Dachau.


Después fue trasladado al subcampo de Allach. Aunque la empresa más popular de las SS en Allach fue la famosa fábrica de porcelana de Allach-München, fundada en 1936, la mayor parte de los españoles trabajaron en un campo creado exclusivamente para la empresa BMW. El campo exterior de Dachau-Allach, construido en el otoño de 1942, fue el segundo campo-fábrica, después del de Heinkel en Oranienburg. En ambos, todos los trabajadores civiles alemanes fueron sustituidos por prisioneros[18].
En este campo se fabricó el motor aeronáutico radial refrigerado BMW 801, una auténtica obra maestra de los ingenieros alemanes. Solo para la fabricación de estos motores se formaron 57 kommandos de prisioneros. Su número fue aumentando de 1.500 a finales de 1943, a 2.500 en la primavera de 1944, cuando llegaron los prisioneros murcianos[19]. Los turnos de trabajo eran durísimos, con una jornada de 12 horas en turnos de día y noche, durante 6 días a la semana. BMW pagaba por cada prisionero entre 4 y 6 RM diarios, según fuera un trabajador especializado o un auxiliar.
Según algunos documentos Antonio fue liberado en este lugar el 30 de abril de 1945, aunque existe cierta controversia porque su nombre no aparece en el listado de los liberados en Dachau ni tampoco en los de Allach. Todo indica que se encontraba en Blaichach, otro pequeño subcampo de Dachau, al que había sido transferido. Campo abierto el 21 de julio de 1944, en el que 700 prisioneros se dedicaron a fabricar también piezas para los motores de aviones de la BMW hasta ser liberados el 1 de mayo de 1945.
Antonio fue repatriado a Francia el 30 de mayo. Durante el periodo de su deportación fue encausado en rebeldía en España por el Tribunal Especial para la Represión de la Masonería y el Comunismo. Una vez en Francia se instaló en Montauban, localidad en la que se casó con Marie Louise Manterola. Fijó su residencia en la avenida de Mayenne, nº 17 y trabajó tanto de contable como de mecánico.
Obtuvo el reconocimiento de combatiente de las Fuerzas Francesas del Interior como integrante del Batallón Eysses el 6 de abril de 1948. Posteriormente recibió el de “Internado Político”, por la reclusión en la cárcel de Montauban entre el 23 de junio de 1941 y el 8 de diciembre de 1943; el de “Internado Resistente”, por el internamiento en Eysses desde el 9 de diciembre de 1943 al 17 de junio de 1944, y el de “Deportado Resistente”, por el confinamiento en el campo de concentración de Dachau, del 18 de junio de 1944 al 8 de mayo de 1945. Sumando un total de cuatro largos años de pérdida de libertad, torturas, explotación y de anulación de los derechos más básicos del ser humano.


En 2006 la UNED emitió el documental “Nombres para el Recuerdo. ‘Libro memorial, Españoles deportados a los campos nazis (1940-1945)’»[20]. En él se puede escuchar el testimonio de Antonio, junto al de otros deportados, sobre la experiencia vivida durante estos años. Antonio recordaba las palizas recibidas en los traslados, tanto en Compiègne como en Dachau; alguna de las formas de tortura y asesinato a las que fueron sometidos, como obligarlos a realizar ejercicio físico en el patio del campo, a 20º bajo cero, desde las 4 de la madrugada hasta las 10 de la mañana, provocando más de 400 muertos; o la de presenciar el ahorcamiento de una serie de compañeros seleccionados previamente.
No sabemos si Antonio mantuvo la militancia en el Partido Comunista, pero sí lo hizo en la defensa y reivindicación de los antiguos deportados y resistentes de su departamento. En la década de los sesenta comenzó el largo proceso de reivindicación de los derechos que le correspondían como deportado, consiguiendo una indemnización al gobierno alemán. Fue también el inicio de su compromiso con la Federación Nacional de Deportados, Luchadores de la Resistencia Internados y Patriotas (FNDIRP) y con Asociación Nacional de Veteranos de la Resistencia (ANACR). En 1988 fue propuesto para presidir la Comisión Departamental de Antiguos Combatientes de Tard et Garonne, como representante de las FFI, y asumió la presidencia departamental de la FNDIRP.
En todo este proceso le acompañó su esposa Marie Louise. Ella asumió, desde el inicio de su relación con Antonio, la defensa de los republicanos españoles de la Retirada y la visibilización de la memoria de los deportados a los campos de concentración. Durante los últimos años de su vida fue presidenta de la sección departamental de FNDIRP, y perteneció, entre otros organismos, al Consejo Departamental de Veteranos y Víctimas de Guerra. De ella valoraron sus “cualidades humanas de respeto y escucha” que la consolidaron “en este entorno machista como una interlocutora fuerte y sensata”[21].
Antonio falleció en Montauban el 1 de enero de 2003.
[1] Castillo Fernández, J. y Escudero Andújar, F.: Deportados murcianos a los campos de concentración nazis, Ed. Archivo General de la Región de Murcia, Murcia, 2021
[2] El Tiempo, 09/12/1936, p. 3
[3] Nuestra Lucha, 25/08/1936, p. 3, 13/10/1936, p. 6
[4] Unidad, 27/03/1937, p. 4
[5] Unidad, 27/02/1937, p. 1
[6] Unidad, 10/04/1937, p. 6,
[7] Unidad, 24/07/1937, p. 7
[8] Nuestra Lucha, 23/05/1937, p. 3
[9] Unidad, 07/01/1938, p. 7
[10] A.D. Pyrénées-Orientales, Internados de los campos de los Pirineos Orientales (1939-1942), https://archives-camps.cg66.fr/basescamps
[11] https://www.cheminsdememoire.gouv.fr/fr/camp-dinternement-de-septfonds
[12] http://www.archives82.fr/fileadmin/mediatheque/archives-departementales/documents/Rechercher_consulter/Pistes_de_recherche/Republicains_Espagnols.pdf
[13] https://maitron.fr/peyrieres-marc-raymond/
[14] https://maitron.fr/peyrieres-marc-raymond
[15] Résistances, http://bteysses.free.fr/pages_temoignages_espagnol.htm; Pons Prades, E.: Republicanos españoles en la Segunda Guerra Mundial, La Esfera de los Libros, Madrid, 2004, pp. 167-180; Fernández, A.: “Españoles en la Prisión Central de Eysses”, Tiempo de Historia, La aventura del exilio, nº 12, 1975, pp. 4-13, pp.4-13
[16] “Combatientes de la resistencia de Eysses”, https://www.resistants-eysses.fr/page/rappels-historiques
[17] Fondation pour la Mémoire de la Déportation, http://www.bddm.org/liv/index_liv.php
[18] ; Escudero Andújar, F. y Egío García, V.: “Deportados murcianos: el exterminio a través del trabajo”, en VVAA: Murcianos bajo el Tercer Reich: exilio, resistencia, trabajos forzados y deportación, Taller de Historia, Archivo General de la Región de Murcia, Ed. Tres Fronteras, Murcia, 2023
[19] Das KZ-Außenlager Dachau-Allach, http://www.kz-dachau-allach.de/?Das_KZ-Aussenlager_Dachau-Allach
[20] https://canal.uned.es/video/5a6f22a2b1111f2a3a8b45d2
[21] https://tarn-et-garonne.anmonm.org/global/gene/link.php?doc_id=759&fg=1