Manuel SOTO ORTIZ (31/10/1894, La Unión). Hijo de José y de Isabel. De joven trabajó en una panadería en La Unión, momento en el empezó a militar en la Sociedad de Panaderos La Primitiva de esta localidad. Fue el inicio de una intensa militancia en las filas anarquistas[1]. Tiempo después Manuel emigró a Barcelona. La Unión, así como el resto de la zona minera, vivía una grave crisis que dejó sin trabajo a muchas familias y en una situación crítica a muchos trabajadores. Panorama descrito por un veterano anarquista de La Unión, Agustín García Meroño, contemporáneo de Manuel:
“Ahora, todo penuria, hambre, mendicidad, minas abandonadas con sus malacates, máquinas, lavaderos en ruinas y todos los pueblos derrumbados cual si la guerra, un ciclón, volcán u otra calamidad sísmica o humana lo hubiese devastado”. (A. G.)
La falta de políticas públicas dejó como única alternativa la emigración, dirigida, en general, a Cataluña y a Francia, movimiento muy significativo tanto por la cantidad de gente que se marchó como por la influencia a nivel de militancia política que representó[2]. Siendo ésta última, a su vez, motivo por el que muchos activistas se vieron obligados a dejar su tierra natal. Ese fue el caso de la familia de Manuel, que en 1918 dejó su pueblo y se dirigió a Barcelona. En este nuevo destino Manuel empezó a trabajar de obrero metalúrgico. Manuel se casó en 1925, en Hospitalet de Llobregat, con Dolores Ferré Martínez, natural de Archena (aunque se separaron en 1939, cuando ya estaban en Francia)[3].
Poco después de establecerse en Barcelona intensificó la actividad dentro del movimiento anarquista, en la CNT-FAI, que se saldó con varias detenciones y un destierro. Fue destacada su implicación en la huelga de “La Canadiense” de 1918, por la que sufrió varios meses de cárcel. A ésta se sucedieron otras muchas detenciones, hasta llegar a la de 1934. Ese año, ya establecido en Poblenou, fue detenido junto a su hermano Ángel, bajo la acusación de fabricar bombas y explosivos. En esta ocasión fue condenado a 18 años de cárcel[4]. La noticia fue ampliamente difundida en la prensa nacional.


Fuente: La Tierra, 25/03/1934, p. 4, El Debate, 25/03/1934, p. 3
Salió en libertad en febrero de 1936, con la victoria del Frente Popular. Desde julio de 1936 ocupó varios puestos de responsabilidad: Comisión de Defensa de Poblenou, Inspección de Cuarteles de Cataluña y concejal municipal del barrio de Santa Eulalia de L’Hospitalet de Llobregat entre otros[5]. Su hermano Ángel se incorporó al frente en julio de ese mismo año.
Los hermanos Soto, Manuel y Ángel, eran muy conocidos en Poblenou por la intensa actividad sindical. Fue en este barrio donde, al parecer, entraron en contacto con Manuel Huet antes del estallido de la Guerra Civil. Entre ellos se estableció una relación que se mantuvo a lo largo de sus vidas. Huet Piera, alias “El Murciano”, era un “hombre de acción” de la CNT-FAI, personaje enigmático y controvertido, con un largo recorrido que comienza con el inicio de la Guerra Civil española, continúa durante la Segunda Guerra Mundial y se prolonga hasta el día de su muerte en 1984. Su nombre está presente en grandes operaciones de este periodo, como el abastecimiento armas en el Frente de Aragón, la evacuación del Tesoro Artístico Nacional, las redes de espionaje en Francia o la Liberación de París agregado a “La Nueve”[6]. La relación de los hermanos Soto y Manuel Huet está ampliamente desarrollada en el libro El ángulo muerto de Ni cautivos ni desarmadas[7].
El primer episodio que relaciona a Manuel Huet con Manuel Soto se sitúa en el Frente de Aragón. Ellos fueron los responsables de conseguir armas, operación que comenzó en Barcelona, donde debían recoger el dinero y organizar el grupo de partida. Después continuó en París. Uno de sus integrantes era Clemente Hellín Carrillo, de Puerto Lumbreras, taxista de Barcelona, como Huet. Sus vehículos fueron los encargados de transportar las armas, aunque finalmente resultaron insuficientes. Una vez conseguidas las armas regresaron hasta la frontera, pero el cargamento era tan pesado que fue precisa la ayuda de un arriero y doce mulas para llevarlas hasta el frente. Travesía que fue asumida por Manuel Soto[8].
Al acabar la guerra partió, con la Retirada, hacia Francia. Fue internado en los campos de Bram y Gurs. En Bram fue registrado, el 17 de febrero de 1939, como panadero, casado, padre de un hijo y con su última residencia en Barcelona. Posiblemente destinado al 318 GTE, a la panadería, donde había un importante núcleo anarquista, entre ellos el compañero Clemente Hellín. No tardó en salir enrolado en una Compañía de Trabajadores con destino a Oleron (Charente Marítimo) donde trabajó como panadero.

No sabemos hasta cuándo permaneció Manuel en este destino o si sufrió posteriores traslados. Pero, en algún momento de este periodo, volvió a contactar con Manuel Huet. En esta ocasión trabajando o colaborando, durante la ocupación alemana, con la Red Marítima creada por Manuel Huet en relación con la Red Ponzán y la Pat O´Leary.
“Ponzán conoció el verano de 1941 al cenetista catalán Manolo Huet, mecánico, capitán en la guerra civil, que vivía en Séte, y le dio dinero para comprar una barca con motor para trasladar evadidos a las costas catalanas y valencianas[9]. Huet se hizo cargo de buscar y organizar un punto de huida por mar y las redes de apoyo necesarias en tierra. Buscaron varios puntos de embarque para la gente que necesitaba salir hacia España y entre ellos estaba la playa y el puerto de Canet, cerca de Perpiñán, el mismo lugar que se había utilizado durante la Guerra Civil para los envíos de armas. Otros puntos seleccionados fueron Port Vendres, Agde y Sète. Una vez que la red empezó a crecer se añadieron a la lista los puertos de Marsella y Niza[10]. También llegaron a establecer alguna ruta interior de paso a España. Los hermanos Manuel y Ángel Soto formaron parte de la tupida red apoyos para dotar de documentación falsa, recogida y alojamiento de las personas a las que había que poner a salvo. Tarea nada fácil debido al exhaustivo control de la Gestapo y a las durísimas condenas a las que eran sometidos los integrantes de estas redes.

A partir de este punto no hay más información sobre la participación concreta de Manuel Soto en esta Red, lo cual no es de extrañar debido a la escasa información sobre las personas que trabajaron en cualquiera de las redes de evasión. Sigue siendo un tema opaco. Gente que trabajaba para agencias secretas de otros países, personas muy comprometidas con la Resistencia, pero también contrabandistas, ladrones y oportunistas de toda condición, a veces envueltos en tramas oscuras. De hecho, Manuel acompañó a Huet hasta París para aclarar uno de estos casos, el del grupo de judíos estafados y ejecutados durante el trayecto de fuga a España.
Después de la Liberación Manuel residió en varias localidades el departamento de Eure, (Bernay, Saillans y Vernon) donde mantuvo la militancia. Durante los últimos años se había establecido en Bonnières-sur-Seine (Isla de Francia, Yvelines) y trabajó como obrero metalúrgico en la empresa Singer. Había formado una nueva familia y fue padre de varios hijos. Mantuvo la militancia en la FAI, SIA, CNT hasta el día de su muerte.


Fuente: Espoir, 10/05/1976, p. 4
Falleció el 21 de febrero de 1976 en Vernon (Eure) a la edad de 81 años. Su necrológica fue publicada en diversos medios anarquistas.
[1] https://www.estelnegre.org/anarcoefemerides/3110.html
[2] Escudero Andújar, F.: Lo cuentan como lo han vivido. República, guerra y represión en Murcia, Universidad de Murcia, 2000, p. 32
[3] https://gw.geneanet.org/taelaa?n=soto+ortiz&oc=&p=manuel
[4] Ni cautivos ni desarmadas: El ángulo muerto. Manuel Huet y la clandestinidad libertaria en Francia, Ed. Piedra, Papel, Libros, 2023
[5] https://nordestllibertari.blogspot.com/2020/10/manuel-soto-ortiz.html
[6] Pons Prades, E.: Republicanos españoles en la Segunda Guerra Mundial, La Esfera de los Libros, Madrid, 2004, pp. 300-302; https://www.artehistoria.com/contextos/espanoles-en-la-resistencia;
[7] Parte de esta biografía ha sido posible gracias a la ayuda de Chowy Sanmar, de Ni cautivos ni desarmadas
[8] Ni cautivos ni desarmadas: El ángulo muerto. Manuel Huet y la clandestinidad libertaria en Francia, Ed. Piedra, Papel, Libros, 2023
[9] Ponzán, P.: Lucha y muerte por la libertad, Tot Editorial, S.A., Confederación Sindical Solidaridad Obrera p. 276
[10] Pons Prades, E.: Republicanos españoles en la Segunda Guerra Mundial, La Esfera de los Libros, Madrid, 2004, pp. 323-329